sábado, 19 de marzo de 2016

ARQUITECTURAS DEL CONTINENTE AFRICANO

ARQUITECTURA EGIPCIA


 Templo de la diosa Hator en Dendera.

El arte egipcio es definido por los deseos de los faraones de construir obras eternas y pasar a la posteridad. Es la razón que utilizaron piedra, para levantar los edificios más significativos. El Panteón de Agripa Los caracteres generales del Arte Egipcio son: La Monumentalidad. Apreciable sobre todo en la arquitectura y en la escultura: es uno de sus rasgos más patentes. La Pesadez. Debido al predominio de la línea horizontal y de las grandes superficies macizas. El Hieratismo. Inspirado en la religión oficial, y a su servicio, el arte egipcio está sometido a una serie de cánones inmutables. La Impersonalidad. Ignora la libertad expresiva del artista. Su finalidad era satisfacer las exigencias de quien era centro y vida del culto nacional: el Faraón. La Perduración. Es el anhelo que se desprende de los monumentos egipcios, consecuencia directa del sentimiento religioso que los inspira.


 CARACTERÍSTICAS:


  •  Es arquitrabada o estática.  
  • Los techos son planos; están constituidos por grandes losas. 
  • En Egipto la escasez de lluvias, hace innecesarias las vertientes inclinadas. Predominio de la dimensión horizontal, sobre todo en los templos. 
  • Pocos vacíos. 
  • Las ventanas son muy raras. Estilo “columnario” o adintelado. 
  •  Muros extraordinariamente gruesos. Emplean el “talud” (paramento inclinado) a fin de conseguir mayor estabilidad. Es una de las principales características de la arquitectura faraónica. 
  •  Las molduras son muy escasas en esta arquitectura.


 ARQUITECTURA ASIRIA



El arte asirio se apropió de las formas caldaicas, tanto en edificios como en inscripciones si bien en éstas abandonó la lengua proto-caldea, usando la asiria y en aquellos construyó con más solidez, suntuosidad y perfección en el ornato. Aunque en Asiria no escasean las canteras de piedra y de los montes próximos de Armenia se extraían buenas calizas y mármoles, los asirios construían con ladrillos y adobe a imitación de los caldeos y sólo echaban mano de la piedra para revestimientos de muros y para la base de los edificios, los cuales fueron principalmente torres y palacios. Apenas se sabe nada de las tumbas en el imperio asirio y, no cabe duda que no se preocupaban por ellas cuando no han dejado muestras relevantes. Las torres o zigurats se componían de siete plataformas con igual destino y significado que en el arte caldeo. Pero se diferenciaban de éste en que no tenían escalinata exterior ni rampa (salvo la que servía para el terraplén inferior) franqueándose el acceso a las plataformas superiores por escalera interior que partía de un vestíbulo con su puerta monumental situados al pie del edificio en una de sus caras. Había, además, otros templos menores para divinidades secundarias, ya en forma de pequeñas torres, ya como edículos o templetes con su frontón al modo griego, aunque rudimentario.




Los palacios que en la arquitectura asiria ofrecen extraordinaria importancia, se elevan asimismo sobre grandes plataformas o terraplenes con planta rectangular prolongada y orientados como las torres. Encierran en su perímetro grandes patios, alrededor de los cuales se alzan los cuerpos de edificio divididos en diferentes salas de extraordinaria longitud cuyas paredes interiores más ricas y a veces incluso los pavimentos se cubrían hasta cierto punto con láminas de alabastro, adornadas en los muros con relieves historiados e inscripciones y más arriba se revestían los muros con ladrillos esmaltados o azulejos que ostentaban hermosa pintura policromada. El bronce y el oro abundaban así mismo en estas decoraciones palatinas. Es lo más probable que no tuvieran los palacios más que un solo piso y que recibieran la luz por el techo el cual se hacía plano y se adornaba con madera esculpida. Junto al palacio real se elevaba la torre-templo

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